martes, 19 de enero de 2010

DESCONOCIDOS

Desconocidos

Desde el andén le miran llegar, solo, muy abrigado y con su mochila a la espalda. En el bolsillo de su chaquetón van el bono y su mano. Se acerca a la máquina, saca la mano, mete el bono, lo saca y, lo vuelve a guardar con cuidado.
No habla con nadie, nadie le habla. Una persona le sonrió una vez. No recuerda si alguien más le ha sonreído desde entonces. Pero nadie le habla. Las otras personas hablan entre si, comentan cosas cotidianas. Pero a él nadie le habla.
El convoy entra en la estación, frena, se detiene, se abren las puertas. En esta estación, a esta hora, nadie baja. Todos tenemos prisa por subir, por coger asiento. El entra, mira, busca un lugar en el vagón repleto, se acomoda en un rincón.
El convoy arranca, las personas hablan entre si. La cotidianidad repetida genera confianza. Algunos han hecho, o llegarán a hacer, amistad. Él sigue solo, día tras día. En el andén. En el vagón. Viendo pasar las estaciones. Contemplando el paisaje del tramo aéreo del trayecto donde se alternan naranjos, huertos, almendros. Al fondo hay un bosquecillo
Como siempre hará transbordo. Irá a clase. Pasará el día fuera de casa Y a media tarde regresará haciendo el recorrido inverso. Y seguirá solo en el andén, en el vagón, de camino a casa.
No se le ve triste, al contrario. Parece feliz de hacer cosas que otros y otras como él no pueden hacer. En el fondo se siente afortunado. También los niños van solos a clase en el metro, vuelven solos a casa. Solo que él no es un niño, debe tener unos treinta años. No lo sabe con seguridad pero le parece que si, que debe de tener como treinta años. . .Se dice que debería volver a preguntarlo pero que debe de tener como treinta años.
Ahora recuerda que ella, la que le sonríe, un día le habló, le dijo algo, no recuerda bien qué. Pero le dijo algo y él, al principio desconfiado, le acabó acribillando a preguntas. Luego volvieron a su rutina de saludo, sonrisa y silencio. No por casualidad se lo han dicho una y otra vez: no hables con desconocidos. Él es obediente y no habla con desconocidos.
Claro que esa es otra cosa que le gustaría preguntar: si ella es una desconocida, si realmente lo es.
Autora : nubeblanca3 Yuhara

1 comentario:

  1. Una historia tiernísma y delicada por la sencillez en tu manera de narrarla. Quedé gratamente impresionada.
    Besos preciosa.
    Pd.- Acabo de ver que fué tu cumple en second.
    Dicen que no hay santo sin octava, así que con bastante atraso. ¡F E L I C I D A D E S! :))

    ResponderEliminar